AQUA LUGDUNENSIS
EL ACUEDUCTO ROMANO DEL GIER
Traducción: Isaac Moreno
TRAIANVS © 2002
La fundación de Lyon (Lugdunum) y el contexto histórico:
Para Plinio el Viejo: "se construyó (la ciudad) en el
país de los Segusianos que eran pueblo libre" como lo
garantiza este autor: "segusiani liberi in quorum agro colonia
Lugdunum" (Historia Natural, 4, XXXII), lo que debía de
ser efectivamente el caso antes de que esta parte de las Galias se convirtiera
en una provincia romanizada
"Lo que sabemos también sobre la fundación de
Lyon, quien quiera que lo hiciera, es quienes fueron sus habitantes (comerciantes?)
romanos de Viena que se había expulsado de su ciudad por los Allobrogas
en el 62 a. C., que crearon Condate, citado entre el Ródano y el
Saone", en la confluencia del tumultuoso Ródano (Rhodanus)
y el tranquilo Saone (Arar), nos dice por su parte Dion Cassius (XL, VI,
50, 4).
Pero es en el 43 a. C. (el año que siguió al asesinato
del vencedor de Alésia, Julio César), cuando uno de sus
tenientes, Lucius Munatius Plancus (el mismo que fundó Augst Raurica
en Suiza), fundó la ciudad de Lyon a la cual dio por otra parte
su nombre, Colonia Copia Felix Munatia Lugudunum; (las dos etimologías
propuestas generalmente para este nombre en desinencia latina de Lugdunum,
son: el monte de los cuervos y el monte de Dios Lug, nos dice C. Germain
de Montauzan en su obra "los acueductos antiguos de Lyon, 1909)."
Desde el principio, la ciudad se benefició del estatuto de colonia
romana; el emperador Claudio (41-54 d.C.), del que volveremos a hablar
con respecto a la cronología del acueducto, natural de dicha ciudad,
le dio a continuación el nombre de "Colonia Copia Claudia
Augusta Lugudunum".
Se dividió entonces la Galia en tres provincias: el Galia Aquitana,
la Céltica o Lyonesa y la Galia Bélgica.
Generalmente se admite hoy que el 9 de octubre de 43 antes de nuestra
era fue fundada la ciudad; el ángulo formado por la intersección
del cardo máximo y del decumano máximo (al estilo en que
se practicaba en esta época) permitió determinar esta fecha
con precisión.
A las modestas aglomeraciones de Condate sobre las orillas del Saone
y Canabae en la isla del mismo nombre en la confluencia de los dos ríos,
sucedieron muy rápidamente sobre la colina de Fourvière
todos los monumentos de culto habituales a los romanos en este tiempo.
Los ricos patricios romanos eligieron instalarse sobre la colina donde
se respiraba indudablemente mejor que en las zonas bajas
"Son las aguas las que hacen la ciudad"
Plinio el Viejo, (Historia Natural, XXXI, 4).
En la ciudad que ganaba en importancia, las necesidades de agua eran cada
vez más importantes. Amable Audin nos dice en su obra "Encontrar
a Lugdunum", que considera que una población de 40.000 almas
le parece sin embargo sobreestimada
"Hasta el año 441 de la fundación de su ciudad,
nos dice Sextus Iulius Frontinus llamado Frontino (los acueductos de
la ciudad de Roma, 4), los Romanos se satisficieron para su uso de
aguas que extraían del Tíber, pozos y fuentes".
La ciudad de Lyon fue abastecida por cuatro acueductos; el más
largo de ellos es el acueducto del Gier con cuatro sifones y su recubrimiento
tan particular, el opus reticulatum. Se encuentran a continuación
el acueducto del Brévenne con dos secciones bien distintas a lo
largo de su curso, el acueducto de Yzeron, tan complejo con sus distintas
ramificaciones y el recrecimiento de su solera, y finalmente el acueducto
del Monte de Oro, más corto, que presenta una bóveda en
voladizos sucesivos.
El acueducto del Gier, o del Monte Pilato, nombre del macizo donde el
río Gier se utilizó para la canalización romana,
es una obra de cerca de 86 kilómetros de longitud incluyendo el
rodeo del valle de Chagnon; volveremos a hablar más tarde de este
problema.
¿Pero en primer lugar que provocó la construcción
del acueducto del Gier? LA datación de la obra es a menudo vaga,
a falta de documentos escritos, volveremos de nuevo también sobre
este punto más tarde. Se sabe que en tiempos de los romanos se
practicaba a menudo el evergetismo; esta palabra creada en el siglo XX
por A. Boulanger y H. Marrou, procede del griego y significa "hacer
bien las cosas"; para los ricos romanos, consagrar una parte de su
fortuna a la construcción de monumentos, fiestas, etc o a sus correligionarios,
y recibir a cambio cargos y honores era cosa corriente. Sin embargo, a
partir del tiempo de la republica, los más ricos patricios podían
ofrecer donaciones particulares.
El sistema selectivo de distribución del agua al tiempo romano
es muy conocido: En primer lugar estaban el emperador y su casa (palacio,
jardines etc), luego las fuentes públicas, los baños, horrea,
gimnasios, anfiteatros (naumachies) etc; el excedente era asignado
a continuación como favor, finalmente estaba la posibilidad de
utilizar el sobrante de las fuentes (aquae caducae).
El acueducto, el papel ostentatorio:
Frontino nos dice en sucesivas ocasiones su voluntad de que la corriente
de agua no esté parada, consistía pues para los romanos
en la demostración de la soberanía del hombre sobre la naturaleza,
en el tiempo y en el espacio; con todo el paso de un acueducto a través
de los campos debía inevitablemente implicar situaciones conflictivas
entre la autoridad que lo imponía y los residentes que lo sufrían.
Dos inscripciones en la Galia Narbonense informan de la donación
de benefactores para el paso de un acueducto en sus propiedades; En el
vicus de Albens, Sennius Sabinus otorga el derecho a conducir las aguas
en línea recta a través de sus tierras (C.I.L. XII, 2494);
En Viena, hallamos la mención de dos magistrados ofreciendo nuevas
aguas a la ciudad así como el discurrir de estas aguas a costa
de sus fondos (C.I.L. XII, 1882-1889).
El coste de tales obras monumentales era tal que a veces los más
ricos sólo participaban en una parte de los trabajos o en una sección
de acueducto. Ver por ejemplo el acueducto de C. Sextilius Pollio en Efeso
(C.I.L. III, 424), dónde se dice "que C. Sextilius Pollio,
Offilia Bassa, su mujer C. Offilius Proculus, sus hijos, y sus otros hijos,
reunieron sus recursos para construir este puente", ¡y
no la totalidad de la obra!.
Denis de Halicarnaso, historiador del primer siglo antes de Cristo, no
duda en decir: "para mi, en el rango de las tres obras romanas
más magníficas en las que aparece mejor la grandeza del
Imperio, coloco primero los acueductos, luego las vías y luego
las alcantarillas, no sólo debido a su utilidad, sino también
debido a los gastos que implican".
Frontino, (XVI), enfatiza igualmente: "a los beneficios tan numerosos
y tan necesarios de tantos acueductos, van pues a comparar las pirámides
que no sirven obviamente para nada o también las obras de los Griegos,
inútiles, pero celebradas por todas partes".
Se sabe que Augusto residió en Lugdunum del 16 al 13 a.
C. La obra de Agripa, su yerno, como fabricante de acueductos como parte
de su función de edil en Roma, fue muy importante, nos dice aún
a Frontino. A la muerte de Agripa, (12 a. C.) la vigilancia de los acueductos
dependió del mismo Augusto. Recordemos brevemente que el primer
acueducto romano mencionado por Frontino, (Aqua Appia) se construyó
en el año 312 a. C. por el censor Appius Claudius Crasus.
Bajo el Imperio el servicio de las aguas era dirigido por un curator aquarum
asistido de dos suplentes; se incluían en este servicio personal
técnico y personal de oficina.
Cuando los romanos decidieron la construcción del acueducto del
Gier, trasladan perfectamente el agua desde la colina de Fourvière,
a lo más alto de Lyon, el macizo montañoso situado al sur,
el Monte Pilat (1434 m), verdadero castillo de agua.
Se sabe que los romanos eran muy meticulosos sobre la elección
de las aguas captadas destinadas al consumo: "cómo se puede
conocer la calidad de las aguas"; Vitruvio, los diez libros de
Arquitectura, VIII, V; trad. Perrault.
Por otra parte los romanos emplean a menudo el término de "salubritas".
Pero es Hippocrates quien parece haber sido el primero en clasificar las
aguas según sus calidades declarando que un buen agua, debe ser
límpida, ligera, ventilada, sin olor ni sabor sensibles, calida
en invierno y fría en verano.
El perfil de la obra:
"La más antigua conducción colectiva parece ser
la de Jerusalén; data probablemente del siglo XI a.C. Los Asirios,
los Griegos, luego los Etruscos habían precedido a los Romanos
en el estudio y el desarrollo de los sistemas hidráulicos"
(Jacques Bonin, el agua en la antigüedad; la hidráulica
antes de nuestra era; éd. Eyrolles, 1984).
El terreno en la fase inicial del acueducto del Gier es muy accidentado
(departamento del Loira), se nivela a continuación sobre lo que
se llama la meseta Mornantais, a partir del paso del río "el
Bozançon" que sirve de límite administrativo entre
este departamento y el del Ródano; sigue habiendo algunos valles
de los cuales los más importantes se cruzan en sifón antes
de llegar a Lyon.
La conducción del agua se hace por gravedad (excepto por supuesto
al paso en sifón que es en presión).
¿Pero, qué quiere decir la palabra "acueducto"?.
La etimología de la palabra nos proporciona su respuesta: es una
palabra latina formada de aquaeductus, por aqua (el agua) y por ductus
palabra derivada de ducere que quiere decir conducir. El término
acueducto designa pues una obra destinada a conducir agua.
Características particulares de la obra:
El acueducto del Gier es una obra de fábrica, rectangular, compuesta
de una solera, dos largueros o piederechos y una bóveda; la altura
es de 1,60 m bajo el intradós; las dovelas constituyen la bóveda
de medio punto. Miden excepcionalmente de 30 a 40 cm de longitud. Su anchura
es de 0,55 a 0,57 m entre los largueros (paredes verticales) revestida
de una capa hidráulica impermeable hasta una altura de 1,30 m;
ésta se constituye de cal, arena y ladrillos aplastados. Se aplica
en capas cada vez más finas, cada vez más alisadas para
facilitar el paso del agua, se trata del opus signinum, de color
a menudo rojo, o sonrosado cuando está en contacto con los agentes
atmosféricos.
El grosor de este recubrimiento es generalmente de 2 a 3 cm; la parte
horizontal, la solera, se cubre también de esta mezcla (12,5 cm
mínimo). En las uniones de las partes verticales y horizontales
se encuentran bovedillas en bisel en cuarto de círculo con el fin
de reforzar la estanqueidad de la obra.
Como la mayoría de las obras hidráulicas, el acueducto del
Gier generalmente se realizó en una trinchera de 2 a 3 m de profundidad,
rellenada a continuación; la canalización sigue generalmente
las curvas de nivel, que es la forma de transporte más corriente
y menos costosa.
Es lo que explica la longitud de la obra con relación al punto
de llegada situado generalmente a una distancia mucho menor a vista de
pájaro o en línea recta. Por otra parte el agua (En principio
ver la obra de Nimes anterior al Pont de Gard) se protege así de
las posibles codicias de agricultores o de otros aprovechados a lo largo
de su curso y permanece a una temperatura agradable.
El acueducto, cuando el perfil del terreno lo exige surge de la tierra
y aparece entonces sobre una pared, llamada pared-portadora (substructio)
que apoya la canalización. Sobre el acueducto del Gier en particular,
cuando la altura de la pared está a punto de superar 3 metros de
altura, se recurre a los arcos o puentes acueductos (opus arcuatum).
Características del acueducto del Gier, materiales constitutivos:
Todas las partes de nuestra obra, sobre el suelo, se revisten de un tipo
de aparejo llamado "reticulado" (opus reticulatum) característico,
casi único para un acueducto romano, puesto que sólo se
conoce otra obra hidráulica construida con este tipo de aparejo.
Se trata del acueducto de Minturno, situado cerca de Nápoles, en
el Latium meridional.
Este tipo de construcción está formado por piedras cuadradas
dispuestas en rombo a 45°; cada cara mide de 7 a 11 cm de lado.
La longitud, que va disminuyendo, estaba generalmente comprendida entre
20 y 25 cm; estas piedras están cortadas y son de distintos materiales,
recogidos prioritariamente cerca de la obra, pero llegando a veces de
muy lejos; esquistos, granitos, calizas, piedras de Couzon; en la parte
lyonesa de la obra se encuentra bastante a menudo feldespato asociado
al granito (D. Litaudon, Revista del G.A.F.J., N° 4,.2000).
Se encuentra ladrillo especialmente en este mismo sector, en la parte
lyonesa de la obra, o en los arcos, en alternancia con piedra, o sea,
en encintados (partes horizontales, separando las partes revestidas de
reticulados) sobre los arcos y puentes, se trata entonces del opus
mixtum.
Los valles son cruzados mediante puentes (40) o con ayuda de puente-sifones
al recurrir los constructores a este de obras que son los sifones.
El acueducto del Gier necesitó ¡cuatro!. Los otros acueductos
lyoneses poseen respectivamente, dos para el acueducto del Yzeron, dos
para el acueducto del Monte de Oro y un grande para el acueducto del Brévenne.
La región de Lyon se convertía pues a partir del tiempo
de los romanos romano en una verdadera encrucijada de sifones!
"el sifón apareció por primera vez sobre una conducción
de agua en Jerusalén, pero son los griegos los que lo divulgaron
en Grecia, Sicilia, España y Asia Menor a partir del principio
del siglo II antes de nuestra era", (D. Hill; A history of
engineering... ; 1984).
Se trata aquí del tipo de sifón llamado sifón invertido;
el agua llega al depósito situado en la entrada, llamado aquí
el "depósito de captura". El agua sale por varios tubos
de plomo (fistulae) (de 3 m de longitud cada uno), para dividir
el flujo y en consecuencia la fuerza del agua. Estos tubos se apoyan en
una parte construida llamada rampa antes de llegar al suelo, donde se
enterraban seguramente hasta la llegada sobre un puente-sifón donde
se apoyaban, el vientre de la obra (libram, libramentum).
Este último disminuía la altura de caída del agua
(la flecha) y en consecuencia la presión. El codo (geniculus)
causado por el brusco cambio de pendiente era el lugar más frágil
de los sifones; cruzado el valle, los tubos remontaban del otro lado hasta
el otro depósito, llamado el depósito de fuga, situado algo
más bajo que el primero y finalmente el agua encontraba el canal
normalmente construido y seguía su curso por gravedad hacia su
destino.
Los túneles, once para el acueducto del Gier, se hacen necesarios
cuando el terreno es inestable para el paso en cornisa de un valle o para
acortar el trayecto de la canalización.
Después de marcar en superficie del trazado del canal, los obreros
comenzaban el trabajo por los dos lados opuestos; era deseable que las
dos galerías se juntaran luego en la parte central (el acueducto
del Gier implicó como muchas obras que tienen unos o más
túneles bastante largos, un magistral cálculo del trazado.
Los pozos (putei) servían para la evacuación de los
escombros, para la ventilación y para el cálculo de los
niveles; éstos están veces a profundidades asombrosas.
En el acueducto del Gier, tanto en trinchera, como en túnel, en
la pared-portadora o sobre las arquerías se encuentran registros
(cubiertos por dos losas de cobertura de alrededor 350 kilos ¡cada
una!), registros situados casi siempre en un intervalo dos actus unos
de otros.
Encontramos aquí la aplicación casi perfecta del principio
publicado por Vitruvio , (VIII, 6) y recogido por Plinio el Viejo, (Historia
Natural, XXXI, 31;"la pendiente del canal debe ser como mínimo
de un cuarto de pulgada por cada cien pies; si discurre en túnel,
serán necesarios registros cada dos actus" (si cuniculo
ueniet, in binos actus lumina esse debebunt); se encuentran también
en alternancia generalmente un registro grande y otro pequeño;
pero hay a pesar de todo anomalías.
Recordemos brevemente que el actus mide 120 pies romanos de 0,296 m. Más
de mil registros se establecieron en el acueducto del Gier, según
una fórmula que empleó J. Burdy, (el acueducto romano
del Gier, 1996), dándose cuenta de la regularidad de los intervalos
de estos registros o pozos en el acueducto del Gier.
Esta característica la había observado por primera vez por
el topógrafo Noël Delorme en 1950. En junio de 2001, se contabilizaron
en el acueducto del Gier 89 registros.
En 1999, se dio la oportunidad de comprobar una hipótesis, según
C.Q.F.D: A saber los registros grandes (más anchos que el canal)
no se justificaban si no era por que se proveían de recipientes
de decantación de las impurezas, en español areneros; (Jean-Claude
Litaudon, Revista de G.A.F.J., N° 3,.1999).
Y con todo parecían inútiles
Opinión compartida
por Hubert Chanson, (correspondencia privada, ver bibliografía),
que piensa que la existencia de estas registros ampliadas y aplanadas
implica un aumento de pérdidas de cargas, lo que quiere decir una
pérdida de energía de la conducción, implicando una
reducción de el caudal máximo del acueducto.
En efecto, para que tantos registros grandes de estos, casi siempre con
un fondo aplanado, mientras que las impurezas no pueden aparecer sino
por medio de raíces o movimientos de tierras que las hacen caer
en la canalización o bien por los intersticios entre las losas
de coberturas. ¿Pero era necesario hacer tantos estos areneros,
en teoría pues cerca de 500? Un recipiente de decantación
de impurezas situado cada 300 metros parece que habría sido ampliamente
suficiente.
Lo más importante es impedir, por lo tanto, primero en los depósitos
de captura de los sifones, la llegada de materias sólidas a los
tubos, materiales que no pudiendo remontar la canalización se acumularán
en el punto bajo, disminuyendo el caudal en primer lugar y a continuación
cegarán completamente los tubos y en consecuencia inmovilizarán
el sifón.
El recorrido de la obra:
La toma de agua en el río el Gier se hacía a la cuota 405
m.s.n.m. y después de un desnivel de 105 metros aproximadamente,
la llegada se hacía en el depósito de distribución
en el punto lo más alto posible de la colina de Fourvière.
Esto es a algunos centenares de metros al norte del edificio religioso
de los hermanos maristas, llamado la Ermita, en Saint-Chamond (Loira).
Aquí se situaba esta toma de agua, que es la única conocida
hasta la fecha de esta obra hidráulica.
Debía haber un gran embalse al principio de la obra que hacía
las funciones de decantación y regulación; El río
Gier, que servirá efectivamente siglos más tarde para el
templado de las armas, se reveló como de un agua muy pura, no dejando
ningún rastro de concreciones sobre los largueros. "Una
cubeta, de forma circular, señalaba claramente y limitaba el sitio
de este embalse" nos dice C. Germano de Montauzan (ya citado).
La canalización que se dirigía a continuación hacia
el noreste se encontró a unos 450 m del lugar "la Varizelle"
en Saint-Chamond, durante los trabajos preliminares a la construcción
del aparcamiento de un supermercado en 1993. Su llegada en este lugar
se hacía mediante un túnel, en el cual tuvimos la ocasión
de ver personalmente el specus construido enteramente de ladrillos.
¿Acaso los romanos pensaron que construida en el propio túnel,
la canalización se protegería así de las agresiones
exteriores? Ya se había visto este tipo de construcción
en 1975 en el municipio de Sainte-Foy-les-Lyon (J. Burdy, 1996).
Con todo, en los otros túneles, la construcción del acueducto
está en piedra
¿Tal vez en reparación?
Al seguir el trazado del canal durante este período de trabajos,
hemos situado y hemos medido 6 pozos de registro, seguramente 7, lo que
nos ha permitido ya determinar la alternancia de pequeños y grandes
registros en la primera parte de la obra. Desgraciadamente, del túnel
y de los registros hoy ya no hay nada visible, todo ha sido destruido.
Tengamos en cuenta que en esta primera parte del curso de la canalización,
ocho puentes han dejado algunos rastros visibles hoy y hemos podido constatar
que los cinco mejor conservados han sido indudablemente reconstruidos.
No se sabe si esto se debe a problemas de sismicidad o movimientos del
terreno. Los esquistos hulleros y las piedras gruesas son numerosos en
este sector, lo que da terrenos relativamente inestables.
La obra cruzaba a continuación el valle siguiente, hacia el lugar
Pont-Nantin, por un puente muy largo, el primero de una serie de 40 como
ya hemos dicho. "Un puente-acueducto de 200 metros de longitud,
del que las ruinas servían aún en la época de nuestras
operaciones para mantener la carretera de Saint Etienne a Lyon";
(desgraciadamente); la cita es de Paul de Gasparin; "Mémoires
",
1856; página 210, 3º párrafo). La canalización
gira a continuación en la campiña, encontrando valles o
vallejos que se cruzan a base de puentes o alcantarillas antes de llegar
hacia un punto de su curso muy interesante, desgraciadamente hoy desaparecido,
el lugar de Couttange; en este lugar hubo dos puentes, en paralelo, el
segundo sustituyendo al primero para el paso de un vallejo (J. Burdy,
1996); el caso es muy conocido en el caso del acueducto de Fréjus,
con cuatro casos idénticos; ver a este respecto el sitio de Internet
de Vito Valenti en TRAIANVS.
Volveremos de nuevo sobre los problemas ya citados más arriba en
relación con el estado del terreno en esta primera parte del curso.
Algunos kilómetros más lejos la canalización presenta
un único tipo de construcción en su realización.
En efecto, una trinchera cortada directamente en la roca sirvió
ella misma de acueducto, parece que sin construcción interior de
largueros; En unos 500 m, en la pudinga, el canal se encuentra excavado
de tal manera que a veces los bordes de la roca casi se juntan, formando
algo parecido a un túnel; de cada lado del canal, dos hombros importantes
debían servir de apoyos a la bóveda construida protegiéndose
así dos veces.
Finalmente el acueducto llega a la entrada del valle del Durèze,
que lleva el nombre del río que aquí discurre. Es lo que
se llama el rodeo de Chagnon (pueblo en el fondo del valle); una parte
de la canalización precisa un sifón en el lugar de Leymieux
y atraviesa directamente el valle; otra canalización da la vuelta
completa al valle (¡más de 11 kilómetros!) Los dos
se juntaban a continuación, al otro lado.
Por lo que se refiere al sifón, es el primero de los cuatro del
acueducto del Gier. Se conserva bien el depósito de captura (como
por otra parte, también lo están los otros tres depósitos
restantes de captura en los otros sifones, al contrario de los depósitos
de salida que han desaparecido todos).
El interior del edificio consta de una habitación arqueada de 6,45
m de longitud por 2,25 m de ancho. Cada uno de estos edificios estaba
coronado por un pozo de registro. Tenía nueve tubos de plomo cuyos
orificios de salida son aún bien visibles. Siete de ellos descendían
hacia el fondo del valle, soportados a partir de la salida del depósito
por una rampa (plano inclinado construido). Un décimo agujero fue
tapado por los propios romanos.
Estos tubos medían 23 cm de diámetro exterior, con un grosor
de 2,5 cm aproximadamente y una longitud de 3 m; (los tubos del sifón
de Trinquetaille en Arles, visibles en el museo de la ciudad, se proveen
de lengüetas para evitar deslizarse). De una longitud de 900 m cada
uno, una vez empalmados, se apoyaban en el puente-sifón situado
en el fondo del valle antes de remontar hasta el depósito de salida
colocado a un nivel más bajo que el primer depósito.
Aquí la altura de flecha es de ¡78 m! (diferencia entre el
puente-sifón, de 136 m de longitud, y la línea teórica
de nivel). La pérdida de carga (diferencia entre los niveles de
las soleras de los dos depósitos) es aquí de 5,80 m.
Según los cálculos realizados expresamente para el acueducto
del Gier habrán sido necesarias unas diez mil toneladas de plomo
para sus cuatro sifones.
"
Si los valles son muy largos habrá que poner tubos
descendiendo según la pendiente de la ladera, sin sostenerlos por
la albañilería; y sucederá que irán muy lejos
en el fondo del valle según su nivel, que es lo que se llama ventre
car si no se conducen por este largo espacio que está a nivel
a lo largo del valle, remontarán muy pronto, formando un codo que
forzará al agua a hacer un esfuerzo capaz de romper todos los empalmes
de los tubos. En este tramo llamado ventre, será necesario hacer
ventosas por las cuales el aire que quede encerrado, pueda salir" (Vitruvio: VIII, VII).
La parte de la canalización que da la vuelta al valle, cruza varias
pequeñas vaguadas en las cuales no se encuentra hoy ya ningún
rastro de las alcantarillas que debían cruzarlas. Sin embargo,
es sobre esta parte del recorrido donde se encuentra un túnel llamado
la "Bodega del Cura".
Situado a lado de la ladera, el cuniculus (llamado así como
los conejos a los que se reconocía las innegables calidades de
zapador o minero), encontró un promontorio rocoso; los ingenieros
romanos eligieron atravesarlo en lugar de bordearlo (¿tal vez por
el terreno inestable?).
Fue gracias a este túnel cavado en la roca, de 83 metros de longitud
y de 1,60 a 1,80 m de anchura, para una altura media de 2,20 m, como fue
construido el acueducto.
Hoy aún se observan los rastros de los golpes de picos y de los
punzones de los obreros. Pequeños nichos situados a la altura de
la cabeza debían acoger las lámparas de aceite necesarias
para iluminarse. A una veintena de metros de la entrada del túnel
se encuentra el propio acueducto en perfecto estado de conservación,
de forma que se puede utilizar para cruzar la montaña.
En 1991, el Club Espeleológico de Villeurbanne, ayudado de algunos
voluntarios de la región, emprendió "la limpieza"
otro túnel, situado más lejos y que entonces estaba tapado,
el túnel de Fontanes en el municipio de Saint-Martin-la-Plaine.
Con una longitud de más 200 m, este túnel situado hasta 12
m de profundidad, ofrece aún hoy elementos de análisis interesantes
sobre la forma de excavación de los túneles en tiempo de
los romanos, como varios registros o pozos consecutivos, alguno de ellos
enteramente visibles en su parte inferior una vez libres de todos los
escombros.
Se observan los tableros del encofrado de la bóveda (tres), "olvidados"
in situ, así como pequeñas plataformas de arcilla construidas
para soportar las lámparas de los obreros y sobre todo "el
error" de trazado, bien visible con la conexión de las dos
canalizaciones; esta conexión permanece en el corte grosero de
la roca en la unión de las dos galerías, cada una de las
cuales se habían construido de forma normal hasta aquí.
Pensemos aquí en la famosa inscripción de Vernier Datus
(C.I.L. VIII, 2728; I.L.S. 5795), que para abastecer a Béjaïa,
ciudad argelina (antes Saldae), hacia la mitad del segundo siglo después
de J.C., se determinó el trazado del túnel que debía
abastecer la ciudad, túnel que medía 428 m de longitud para
una profundidad máxima de 86 metros; la inscripción aún
visible hoy, informa de las desdichas que llegaron a la canalización
y a su diseñador, antes de que este último rectificara afortunadamente
el trazado.
En Fontanes, el error no fue muy importante, los obreros pudieron entenderse
y darse cuenta de que no iban a encontrarse y pudieron así "rectificar"
el trazado. Puede pensarse también en los errores muy visibles
sobre el acueducto de Nimes, en el vallejo del Escaunes, con varios inicios
de entalles abandonados enseguida al percatarse del error.
El valle del arroyo el Bozançon, separa el departamento de El Loira del de El Ródano, como hemos dicho. Aquí el acueducto va a
dar la vuelta completa a este valle, con un rodeo de más 4 km.
Hubo ocho puentes, cinco subsisten: El de Jurieux, debido a su baja altura
es el único que está actualmente completo. El Puente de
los Graneros, de una treintena de metros de longitud por ocho metros de
altura, es el más bonito quizá de todas las obras aéreas
del acueducto del Gier; es cierto que con el tipo de decorado del que
dispone da mucho de si. Se puede dar la vuelta al valle e ir de un vestigio
al otro, percibiendo las partes subterráneas del acueducto.
Este es un lugar espléndido para recorrerlo.
A la salida de este valle, se aborda la meseta Mornantais. Algunos kilómetros
más lejos, en la ciudad de Mornant, es atravesada también
por un túnel, el más largo del recorrido de la canalización,
825 m, y también el más profundo, 20 m en su punto máximo.
El acueducto se dirige a continuación hacia el segundo sifón
de su recorrido. Varios centenares de metros de la canalización,
en varias secciones magníficamente revestidas del paramento reticulado,
son visibles hasta el depósito de captura "del Gerle".
El puente-sifón que le sigue en el fondo del valle tenía
23 arcos y 210 metros de longitud para una altura de 21 m; los arcos que
subsisten tienen más 7 m de luz. Subsisten los seis primeros y
los cuatro últimos; aquí se da uno inmediatamente cuenta,
como ocurrirá también en el sifón siguiente de Beaunant,
que los arcos se cavaban perpendicularmente a la obra.
Los más altos, al ser los más frágiles, habían
sido cegados o rellenados con paramento reticulado después de la
construcción inicial, por los propios constructores. La flecha
es de 93 m y la pérdida de carga de alrededor de 9 m.
Abordamos a continuación el municipio de Chaponost y sus numerosos
vestigios. Los más espectaculares son indudablemente la larga fila
de arcos del lugar llamado "el Plato del Aire". De los 92 arcos
originales, permanecen 72
Los reticulados son aquí de caliza
y contrastan agradablemente con el rojo de los ladrillos. Esta larga fila
de arcos, que tiene aires de campiña romana, termina llegando al
tercer depósito de captura que es el más espectacular.
La llegada se produce a 15 m de altura y la rampa que desciende hasta
el nivel del suelo es verdaderamente impresionante, al igual que en el
valle siguiente, con el puente-sifón de Beaunant, sus arcos son
huecos en los más bajos pero los otros están cegados como
ya hemos dicho. ¡270 m de longitud, 18 m de altura y 123 m de flecha!,
para cruzar este valle de 2600 m de anchura.
El acueducto llega a continuación a una zona cada vez más
urbanizada de la aglomeración lyonesa. El cuarto y último
sifón, el de Trion, cruzaba un valle de 600 m de longitud; su flecha
era de 30 m y la pérdida de carga de 1,50 m antes de llegar a la
colina de Fourvière. Una enorme cisterna, de dos niveles, (no subsiste
más que el nivel inferior), era abastecida por la canalización
romana, que estaba allí próxima a su terminus.
Pendiente, caudal y periodo de utilización de la obra:
La pendiente de la obra es excepcionalmente regular a lo largo del curso
del acueducto, ¡un mm por metro! Sólo la parte del rodeo
de Chagnon presenta una pendiente más escasa, aproximadamente de
0,5 mm/m en su primer tramo.
J. Burdy estima en 12.000 m3/día el volumen de agua transportado.
Recordemos que el acueducto del Gier no dejó ningún rastro
de deposición o concreciones (sinter) sobre las paredes,
la altura que llevaba el agua transportada no es pues visible.
La vida útil de la obra tampoco, por esta misma razón, por
la ausencia de la concreción.
¿Parece imposible que los acueductos lyoneses hayan sobrevivido
a las grandes invasiones crueles del siglo IV, pero ¿funcionaban
aún en ese momento?. A lo largo de los siglos hubo seguramente
otros muchos bárbaros
André Pelletier en "Historia de Lyon", ED Horvath, 1990,
nos dice que en 1852 el prefecto del Ródano escribía al
alcalde de Chaponost: "Desde que se descubrió en los alrededores
de Chaponost los tubos de plomo procedentes de los sifones antiguos, los
campesinos cavan al pie pilas, ya que se imaginan que encontrarán
plomo por todas partes donde hay construcciones romanas. Es urgente evitar
este estado de cosas y redoblar la vigilancia para hacer respetar estos
monumentos".
A este respecto Frontino (CXXVI), (que vivió en el primer siglo
de nuestra era), ya escribía: "el mayor daño es
causado por los árboles cuyas raíces taladran incluso las
bóvedas y las paredes de los conductos".
Pero las causalidades son múltiples: además de las invasiones
y la erosión, existió también la recuperación
del plomo, fuente (?) de riqueza; posibles movimientos sísmicos
e incluso el cambio de mentalidad que implicó un exceso de ruralización
de las ciudades al Bajo Imperio
Duración de la construcción, coste:
Tampoco el ingeniero principal romano encargado de la construcción
de la obra nos dejó documentos sobre la duración de la construcción
de la obra, así que nos vemos obligados a hacer comparaciones con
otras obras romanas sobre las cuales tenemos inscripciones: Si ha sido
necesario 5 años para construir el Aqua Marcia de 91 km y 12 años
para la Claudia de 69 km de longitud (Frontino V-IX y XIII), entonces el
acueducto del Gier, ¿podría haber durado una docena de años?.
Pero no sería conveniente olvidar los trabajos preparatorios a
la construcción de la obra, elección del trazado, busca
de materiales, construcción de un camino de acceso etc, etc
No existe indicación tampoco para el coste de la obra: El Aqua
Marcia habría costado 180 millones de sestercios en el 144 antes
del J.C. (Frontino VII), y los acueductos claudinos "350 millones
para el Aqua Claudia y el Anio Novus" nos dice Plinio el Viejo
(XXXVI, 24).
Generalmente se admite que si en tiempos de los romanos un kilómetro
de vía costaba 340.000 sestercios, un kilómetro de acueducto
podía costar ¡dos millones!. Sin hablar de que después
de la construcción estaba el mantenimiento...
Cronología de la obra:
El 27 de abril de 1887 se encontró cerca del pueblo de Chagnon,
en la parte del rodeo del valle del mismo nombre, un hito con un edicto
de protección del acueducto (C.I.L. XIII, 1623). En 1996, otro
parcialmente cortada en las tres primeras líneas que corresponden
a la titulatura imperial, pero cuyo texto es idéntico a la primera
(la de Chagnon). Se encontró en San José, al límite
de los departamentos del Loira y del Ródano (fuera de la parte
del rodeo). Debían de existir ciertamente otros a lo largo del
recorrido.
Las dimensiones de la "Piedra" de Chagnon son de 1,60 m de altura
por 0,60 m de ancho y 0,25 m de grosor. El texto, escrito en latín,
significa lo siguiente: "Por orden del emperador César
Trajano Adriano Augusto, nadie tiene derecho a arar, sembrar o establecerse
en este espacio de terreno que se destina a la protección del acueducto".
La mención del emperador Adriano pudo hacer pensar a algunos que
el acueducto podía asignársele a él. En realidad
el texto grabado es un decreto senatorial (auctoritas) del 11 a.C.
No hay mención de la distancia a respetar a ambas partes de la
obra como fue en el caso del acueducto de Vénafro en Italia (15
pies alrededor de las fuentes y 5 pies en torno a los canales subterráneos).
En el 9 a. C. se promulgará otra ley que hará hincapié
en las sanciones incurridas en el caso de infracción, pero sin
mención de la distancia que debía de respetarse.
Se sabe que el emperador Claudio (41/54) era nativo de Lyon. De esto
a querer honrar su ciudad natal sólo hay un paso que algunos dieron
fácilmente en 1982 con el descubrimiento en el lugar del Verbo
Personificado (colina de Fourvière en Lyon) por el arqueólogo
Eric Delaval de unos bloques de piedra que reconstituidos resultaron ser
una fuente; sobre la cornisa del monumento apareció la inscripción
siguiente "CLAUDAUG".
A la altitud de 283 m donde se encontró este monumento, solamente
el acueducto del Gier podía alimentarlo
pero la inscripción
prueba solamente que la fuente existía en la época de Claudio.
Armand Desbats del C.N.R.S. publicó en Gallia, volumen 55.1998,
el resultado de sus excavaciones sobre el lugar de Fourvière. Para
él, la obra podría datar del período de Augusto (-27/+
14). Es pues probable que la obra se construyera durante la primera mitad
del siglo I después de nuestra era. Esperaremos entonces un nuevo
hallazgo para reanudar el debate sobre el fechado del acueducto.
Los instrumentos de replanteo y nivelación en tiempo de los romanos:
Vitruvio nos dice a este respecto: "Puede nivelarse con dioptras,
niveles de agua o el corobate, pero es mejor con el corobate, ya que las
dioptras y niveles de agua conducen a errores"; (VIII, V, I).
Vitruvio era un defensor del corobate.
Héron de Alejandría enumera el abundante uso de la dioptra;
la longitud del corobate, seis metros, no debía de resultar muy
práctica en los valles y en las largas distancias.
Es necesario indicar a este respecto la publicación en 2001 del
Sr. J. T. Lewis titulada: "Surveying Instruments of Greece and
Rome"; el autor experimentó en una distancia de 173 m
un instrumento simple por su funcionamiento, la Libra aquaria;
un nivel de agua diseñado sobre el principio de los vasos comunicantes;
el autor dijo: "La Libra
para detectar las pequeñas
pendientes de los acueductos romanos, debe ser más precisa que
la dioptra". Para el cálculo de los ángulos rectos,
los romanos utilizaban la groma. La dioptra por su parte, servía
para medir y para calcular los ángulos, era un poco el antepasado
de nuestro moderno teodolito.
Las anomalías en el trazado y en la construcción:
Ya indicamos la reconstrucción de las primeras obras del acueducto,
después del error de trazado de Saint-Martin-la-Plaine, indicaremos
también ahora la proximidad a Mornant de dos registros del modelo
grande consecutivos.
Recientemente, la Asociación El Arado y el Grupo Arqueológico
Forez-Jarez tuvieron la ocasión de observar primero dos registros
del modelo pequeño consecutivos, uno de los cuales fue tapado ya
por los mismos romanos, seguidos por dos registros del modelo grande sucesivos,
uno de los cuales ¡había sido tapado también por los
mismos romanos!. Los intervalos que separan estos registros son de 40
m solamente en el caso de los primeros, después de un intervalo
de 102 m, mientras que los dos siguientes sólo están separados
36 m.
La trinchera superior: Sobre la primera parte de la obra y hasta el límite
de los departamentos del Ródano y del Loira (o sea cerca de 50
km), se observa regularmente cada vez que la roca cortada se deja ver,
a 14 m sobre el acueducto, una trinchera cortada con forma de trapecio
ensanchado hacia arriba sin ningún rastro de construcción
interior.
Hubo también aquí con el paso del tiempo muchas hipótesis
sobre esta obra; una de las que nos parece la más plausible sería
la de poder ver un panorama del trazado; una prueba en resumen, que habría
podido realizarse yendo desde el principio de la obra y deteniéndose
cuando los ingenieros se dieron cuenta que el trazado sería demasiado
largo y las obras demasiado altas incluso a la llegada a Lyon.
Rectificando su error, éstos trazaron esta vez el acueducto a partir
del punto de llegada. Poco importaba el punto exacto de la toma de agua
en el río el Gier, sino solamente el nivel que debía de
respetarse para el discurrir del agua que es lo importante.
Por último, sólo encontramos una única anomalía
con relación a la anchura del specus, en el sentido de tener una
anchura mayor que normal. En efecto, en este lugar sobre una cama de piedras
normalmente aparejadas al nivel del larguero se encuentra una capa de
mortero de 1 cm de grosor extendido sobre la roza efectuada al efecto;
este recubrimiento a continuación se cubrió de la capa de
tejoleta habitual (opus signinum). La anchura del canal en este
lugar es de 67 cm de piedra a piedra sin revestimiento. ¿Por qué?,
he aquí un misterio
uno más.
En el estudio sobre el acueducto del Gier sigue habiendo muchos misterios.
El estudio y la investigación establecerán seguramente respuestas
y también seguramente otras preguntas y así es mejor
"El acueducto
si se evalúa con exactitud el volumen
de agua que vierte en los lugares públicos, en los baños,
en las piscinas, en los canales, en las casas, en los jardines, en las
propiedades de los suburbios y si se consideran también las distancias
recorridas por la corriente de agua, los elevados arcos, la apertura de
las montañas, el relleno de los valles, se convendrá que
nunca el mundo entero ha presenciado tan gran maravilla
".
Plinio el Viejo; (XXXVI; 123 agosto de 52).
Conclusión:
Nuestra conclusión será aquélla que empleó
Alain Malissard en su obra, Los Romanos y el Agua; ED. . Les Belles Lettres;
1994: "
la fuerza de los romanos provenía en efecto
menos de inventar que de ampliar y saber utilizar. Lo que es específicamente
romano, es la multiplicidad de acueductos, la enormidad de las distancias
en que hacían recorrer el agua, la abundancia de los caudales que
obtuvieron y la audacia de las obras que construyeron para salvar los
obstáculos naturales".
Nota: Las fotografías son de Jean-Claude Litaudon con excepción
de aquellas en las que se indica el autor
Bibliografía sumaria:
Audin (Amable) : "Retrouver Lugdunum", Association des Amis
du Musée de la civilisation gallo-romaine.
Bonin (Jacques) : "L'eau dans l'antiquité" ; l'hydraulique
avant notre ère" ; Ed. Eyrolles ; 1984
Burdy (Jean) : "Lyon : l'aqueduc romain du Gier ; 1996 ;
Burdy (Jean) : "Guide des aqueducs romains de Lyon" ; 1999.
Burdy (Jean) : "Les aqueducs romains de Lyon" ; 2002.
Chanson (Hubert) : "Hydraulic of roman aqueducts : steep chutes,
cascades and dropshafts" ; extrait du Journal Américain de
l'Archéologie", A.J.A..
Dion Cassius : "Histoire romaine" .
Gasparin (Paul de) : "Reconnaissance de l'aqueduc romain qui amenait
à Lyon les eaux de la vallée du Giers" ; 1855.
Germain de Montauzan (Camille) : "Les aqueducs antiques de Lyon,
étude comparée d'archéologie romaine" ; 1908.
Frontino (Sextus Julius Frontinus, dit Frontino : "Les aqueducs de
la ville de Rome" , traduction Pierre Grimal, 1961).
Hamm (Jean-Antoine) : Revue Gerval, N°1 à 27.
Hamm (Jean-Antoine)/Litaudon (Jean-Claude) : "L'aqueduc romain du
Gier ou du Pilat) ; 2000.
Litaudon (David) : différents articles sur l'aqueduc du Gier ;
revue du GA.F.J. ; Saint-Etienne ; 1999/2000/2001.
Litaudon (Jean-Claude) : différents articles sur l'aqueduc du Gier
; revue du G.A.F.J. ; Saint-Etienne ; 1997/1999/200/2001.
Litaudon (Jean-Claude)/Celli (Pascal)/Cervantès (Serge) : "Aqueduc
du Gier et organisation de l'espace de proximité" ; Saint-Etienne
; 1999.
Malissard (Alain) : "Les Romains et l'eau" ; Ed. Les Belles
Lettres ; 1994
Pelletier-Rossiaud : (Pelletier A., Rossiaud J.): "Histoire de Lyon
des origines à nos jours"; Ed. Horvath ; 1990.
Pline l'Ancien : "Histoire naturelle", tome XXI. Traduction
Guy Serbat, 1972 ;
Vitruvio : "Les dix livres d'architecture" ; traduction Perrault.
Réimpression 1979.
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