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ARQUEOLOGÍA DE LA PRESA DE ALMONACID

José Mª Viladés © 2001



INTRODUCCIÓN

La presa de Almonacid de la Cuba forma parte de un gran complejo hidráulico que ha vertebrado el territorio que nos ocupa, de forma más o menos continuada, durante los últimos dos mil años. Por ello, si bien es importante la caracterización arqueológica de la obra -como estructura que por su conservación e importancia constituye, en el conjunto del complejo hidráulico, el registro más completo-, no hay que olvidar la significación que un sistema de estas características tiene en la ordenación de su entorno próximo y el marco socio-político que permite planificar y explotar una obra de esta entidad.

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Es imprescindible, para valorar los fenómenos mencionados, intentar situar en el tiempo y en el espacio el sistema de aprovechamiento de los caudales del río Aguasvivas en la época romana, a pesar de nuestro reducido conocimiento del territorium. Ello nos llevará al análisis de cada uno de los elementos integrados en el sistema indicado (presa, canales, núcleos de población...), estableciendo como finalidad última del trabajo conseguir un conocimiento más preciso del territorio y de las bases económicas y sociales subyacentes durante el periodo de influencia de Roma.

Al laconismo de nuestras noticias escritas en el valle del Ebro, hemos de unir la ausencia de referencias concretas a nuestro ámbito de estudio.

Todo ello nos situará frecuentemente ante la necesidad de realizar interpolaciones que permitan, al menos, dibujar el contexto en el que se desarrolló un aprovechamiento hidráulico de las características del que nos ocupa.


LA PRESA DE ALMONACID DE LA CUBA

El monumento que observamos en la actualidad no es sino el resultado de un proceso evolutivo a través del cual la presa ha tomado su actual conformación, modificándose su aspecto y funcionamiento a través de diversas reformas.

Es forzoso el análisis de la presa de la Cuba atendiendo a la estructura en sí misma, al complejo hidráulico del que forma parte y a su relación con la ingeniería del agua en el mundo romano. Interesa, por tanto, fijar escrupulosamente los distintos extremos morfológicos y de su estructura, así como el detalle de los materiales utilizados en su construcción, para poder situar el monumento en el tiempo y en el espacio.

En la periodización que se expone, se describen las distintas etapas siguiendo los criterios de cronología relativa derivados de las superposiciones de fábricas y del estudio arqueológico de las distintas técnicas constructivas.

De acuerdo con el contenido del capítulo anterior, la presa original de Almonacid de la Cuba -oculta en gran parte por la obra posterior- era una estructura bastante esbelta, constituida probablemente por tres arcos apoyados en dos contrafuertes y en el terreno. Los estudios realizados han permitido determinar que corresponden a esta primera estructura los siguientes sectores: el bloque del aliviadero, los restos de uno de los contrafuertes de aguas abajo, el paño más próximo a la margen derecha del paramento de aguas arriba y la torre de toma. Además, los sondeos realizados han permitido establecer la existencia del muro de esta primera presa englobado en el interior de la estructura definitiva.

La presa original de Almonacid de la Cuba sufrió, todavía en época romana, una serie de desperfectos que obligaron a realizar algunas reparaciones de cierta entidad, parcialmente conservadas en el bloque del aliviadero. En este sector -y para esta época- se han podido identificar varias reparaciones.

La segunda presa conduce a un considerable aumento del espesor del cuerpo principal de la obra: se construye un importante núcleo de opus caementicium revestido al exterior con sillares de opus quadratum en el paramento de aguas arriba. Aguas abajo se dispone un muro vertical de sillarejo calizo levantado en hiladas horizontales (opus vittatum) y reforzado en la parte inferior mediante un escalonado.

Tras la construcción de la segunda presa la estructura se reforzó aguas abajo con un faldón de opus quadratum, sustentado sobre un núcleo de opus caementicium. Este refuerzo tiene una parte superior escalonada que se apoya sobre tres palos verticales de distinta altura y retranqueados entre sí.


LAS FÁBRICAS CONSERVADAS DE LA PRIMERA PRESA

Los revestimientos más antiguos que se conservan en la estructura actual se localizan en el paramento de aguas arriba del aliviadero y en el labio del vertedero.

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En el indicado paramento corresponden a estos primeros revestimientos las cuatro hiladas más bajas (4ª a 7ª) del paño situado a la izquierda del Ojo de la Cuba [1a] y las seis inferiores (6ª a 11ª) del situado a la derecha [1b][1]. En el paño [1a] cada hilada se retranquea a 6 centímetros respecto a la inmediata inferior. Los sillares se aparejaron a soga, con anathyrosis marcada, sobre todo en las bandas laterales e inferior, observándose mal la banda superior por encontrarse erosionada en muchos sillares. El almohadillado es plano y la faja perimetral-trabajada con puntero grueso: se observan acanaladuras de unos 18 milímetros- suele presentar anchuras irregulares, y varía en general de unos sillares a otros e incluso en el mismo sillar, con anchuras a veces mayores en las bandas laterales que en la horizontal inferior[2].

Las seis hiladas del paño [1b][3] están aparejadas a soga con tizones esporádicos en todo e sector conservado. Los sillares presentas caras exteriores con anathyrosis y superficie plana, siendo patente en muchos de ellos la erosión del agua. La faja perimetral resulta de anchura irregular y se labró con los sillares una vez colocados, pues se observa su continuidad de unos a otros sin que se interrumpan las huellas de trabajo del puntero. Los almohadillados también son en ocasiones desiguales y de tipo irregular en algunas piezas.

Las dimensiones (Cuadros 1 y 2), disposición y tipo de labra de los sillares que forman los paños [1a y 1b] no permiten criterios estables de cronología.[4] Además, su posición relativa con respecto a otras fábricas construidas con seguridad durante la época de Claudio o Nerón[5], corrobora una fecha anterior.

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La superficie del aliviadero está revestida por una plataforma de grandes losas[6] y bloques esporádicos que ostentan anathyrosis en uno de los lados [7]. Aunque destruida parcialmente por obras modernas[7], se conservan restos suficientes para asegura que el enlosado recubría la coronación del aliviadero en toda su superficie.

almonac15.jpg (185974 bytes) Todo este revestimiento presenta un importante desgaste superficial que evidencia el frecuente vertido de las aguas por el aliviadero.

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El límite del enlosado hacia aguas abajo está formado por una hilada de sillares que pertenecen a un paño del paramento reconstruido en época claudia[8]. Estos sillares se tuvieron que ajustar a un perímetro preexistente como se comprobó en dos de ellos, en los que se practicaron llaves o engatillados en su encuentro con las correspondientes losas; disposición que indica la mayor antigüedad del enlosado (fig. II. 1).

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También queda al descubierto parte del núcleo original de un contrafuerte de la primera presa, cuyos restos se conservan en las inmediaciones del aliviadero. Está formado por un hormigón de cal con gruesos mampuestos de piedra -irregulares y sin trabajar- entre los que se observan desechos de cantera de tamaño menor. Los caementa son de caliza local y de restos de sillares de caliza fosilífera[9]; en el mortero son numerosas las gravillas finas (del orden de 0'5 centímetros de dimensión máxima) y, esporádicamente, otras de tamaño mayor (entre 1 y 2 centímetros)[10].

En el brusco cambio de sección que presenta la estructura a la derecha del aliviadero -aguas abajo- se observan con claridad las diferencias entre el opus caementicium de este contrafuerte y el que se utilizó en la reconstrucción posterior[11]; el contacto entre estas dos fábricas se resuelve según un nivel horizontal bastante bien definido.

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REPARACIONES EN ALIVIADERO

La primera reforma identificada es la reposición del paño que cubre el paramento de aguas abajo del aliviadero. Consistió en disponer un nuevo revestimiento, del que actualmente se conserva el paño situado a la izquierda del Ojo de la Cuba -a excepción del sector correspondiente a una reparación posterior[12]- y algunos sillares que dibujan el lado derecho del arco del indicado conducto [6].

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Se revistió este sector de opus quadratum, con sillares dispuestos predominantemente a soga en hiladas que mantienen alturas muy constantes de unos 60 centímetros de valor medio y sistema decorativo tipo rústico. En el encintado superior - que forma el labio del vertedero- se observa cómo los sillares están unidos por grapas[13]. El paño se dispuso ligeramente escalonado en las hiladas inferiores y vertical en las superiores. El material de los sillares es similar al del resto de los revestimientos de la presa -calizas fosilíferas-, pero su labra rústica, su uniformidad y la presencia aleatoria pero intencionada de tizones, constituyen una singularidad en la estructura[14]. Este revestimiento se adaptó a las formas de la fábrica anterior, como se comprueba -según lo dicho al tratar del enlosado del vertedero- en las llaves que se practicaron e algunas piezas de la hilada más alta para ajustarlas a las losas de la plataforma superior[15].

En determinadas hiladas de este paño se observan sillares con la superficie externa sin desbastar, obteniéndose un carácter ciertamente tremendista, aunque matizado, típico de la etapa de Claudio y Nerón y que confiere un cierto aspecto de robustez a la obra[16]. Este tipo de tratamiento se comprueba en numerosas obras de este periodo[17].En el palo que nos ocupa, este trabajo de los sillares se observa especialmente en las hiladas inferiores, como queriendo prolongar la sensación de solidez de la roca natural sobre la que se apoyan[18].

Por lo que respecta a la altura y a la disposición de los sillares[19] tienen su mejor paralelo en Porta Maggiore[20], donde los bloques mantienen una media aproximada de 0,60 metros de altura -aunque con importantes dispersiones-, así como una distribución aleatoria de los tizones y una anathyrosis no siempre marcada, circunstancias que se presentan igualmente en el paramento de Almonacid que nos ocupa.

Así pues, esta primera reparación del aliviadero puede encuadrarse cronológicamente en las épocas de Claudio- Nerón.

Con posterioridad debió producirse una importante rotura del cajero derecho del vertedero, que obligó a su completa reconstrucción[21]; también se reparó parte del paramento de aguas arriba [3]. Este nuevo cajero se ha perdido en su mayor parte: se conserva tan solo la primera hilada del revestimiento del muro transversal que delimita el enlosado superior y el aliviadero, parte de las hilada que recubrían los paramentos de aguas arriba y aguas abajo y restos del opus caementicium del núcleo.

Los sillares del muro transversal son muy distintos a los descritos para las fábricas anteriores. Se trata de piezas trabadas por medio de grapas, según atestiguan las cajas que pueden observarse en las caras superiores, actualmente al descubierto por haber desaparecido las restantes hiladas. En uno de estos sillares se aprecia, además, una cavidad alargada y estrecha, que sirvió para el alojamiento de una loba de tres piezas, utilizada para el manejo de los sillares; sus características y dimensiones (13 centímetros de longitud, 3.3 centímetros de anchura y 10,4 centímetros de profundidad) son similares a la descrita en uno de los sillares del enlosado del aliviadero[22].

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A esta fábrica corresponden -siempre en el cajero derecho del vertedero- tres hiladas (3ª-5ª) del paramento de aguas arriba [3]; la superior es la que enlaza con la hilada del muro transversal[23]; en ella se conservan también las cajas de las grapas que unían los sillares. Las piezas de estas tres hiladas se aparejan a soga, con tizones esporádicos. Son de sección rectangular y las hiladas presentan de forma alterna, como de altura de las mismas, la dimensión mínima (45 centímetros) y la máxima de los sillares (60 centímetros), de forma ciertamente regular[24]. Los sillares son de cara externa lisa sin tratamiento específico, apreciándose únicamente una anathyrosis irregular (entre 5 y 7 centímetros) en la zona inferior de los sillares y en algún lateral. En las caras exteriores se aprecia la labor del puntero, con rasgos inclinados y regulares, correspondientes a una terminación de los bloques ya en obra[25].

Las fábricas situadas en la parte derecha del aliviadero, en el paramento de aguas abajo [9 y 10], se superponen al paño izquierdo [6], según evidencian los correspondientes engatillados de sillares en el contacto entre ambos lienzos. Por tanto, estas fábricas son posteriores, aunque por su factura y tratamiento deben situarse en una etapa ciertamente próxima. Las hiladas superiores del paño [9] (1ª a 3ª, esta última, como ya se ha visto, enlaza con el muro transversal del aliviadero) se sitúan por encima de la cota del labio del vertedero y conservan en su superficie cajas para la unión delos sillares y cavidades para su manejo (fig. II.1).

La relación entre los elementos de esta reforma y las fábricas anteriores indica que el cajero se reconstruyó después de la reposición del paramento de aguas abajo del aliviadero (Claudio- Nerón). Las características de las fábricas no permiten establecer el momento en el que se llevó a cabo esta reparación; sin embargo, las dimensiones de las grapas que unen los sillares son todavía muy parecidas a las de la fase anterior[26], por lo que cabe considerar que esta reconstrucción se llevó a cabo en fecha próxima, es decir, todavía en la segunda mitad del siglo I d.C.

Se detecta una nueva restauración en las hiladas superiores (1ª y 2ª) del paramento de aguas arriba del aliviadero, a la derecha del Ojo de la Cuba [4]. Esta intervención se hace patente en el diferente tipo de aparejo del revestimiento de opus quadratum - a pesar del intento de homogeneización que se aprecia- y en el módulo de las grapas en forma de cola de milano utilizadas en la hilada superior[27] (Cuadros 9 y 10).

Los sillares de estas dos hiladas son similares en su tratamiento externo a los de las hiladas inferiores [3], lo que no permite establecer diferencias claras entre ambas fábricas. No obstante, las grapas de la hilada superior presentas módulos próximos al pie romano - con un valor medio de 29,8 centímetros- claramente más altos que los medidos en el paño inmediato inferior, Patrones similares a los adoptados en estas grapas se han citado en obras como el Puente de Alcántara[28], con un valor medio de 29,57 centímetros, los mercados trajaneos de Roma[29] o la Valva Regia del teatro de Mérida[30]. Estas referencias parecen situar en época de Trajano - o quizás Adriano- el uso "normalizado" de un patrón de grapas que sigue el pie romano[31].


LAS FÁBRICAS DE LA SEGUNDA PRESA

En esta gran reconstrucción las actuaciones principales se localizan en el cuerpo central de la presa, donde se levantan dos muros, con un importante relleno entre ellos.

En el paramento de aguas abajo se construye un gran muro vertical de opus vittatum, reforzado en la parte baja con un faldón escalonado.

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La fábrica del tramo vertical está formada por hiladas de sillarejos de caliza de la zona, careados al exterior con tendencia clara a formas paralelepipédicas y dimensiones que no suelen rebasar los 0,20 metros de longitud y los 0,12 metros de altura. La uniformidad de las piezas, el patente cuidado puesto en su confección y la práctica ausencia de esquirlas evidencian el trabajo en cantera. El muro se levantó según tongadas de unos 64 centímetros de altura -constituidas por cinco o seis hiladas de sillarejos- separadas por lechos de mortero de 3 a 5 centímetros de espesor. Destaca la continuidad de las tongadas, pues cada una de ellas se prolonga prácticamente sin interrupción a lo largo de todo el paramento.

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Se observan, no obstante, roturas de los planos horizontales en determinados tramos, algunas coincidentes con zonas que han debido sufrir reparaciones antiguas y, en otros casos, explicables por la excesiva longitud de las hiladas. También se aprecian en diversos puntos cicatrices verticales que afectan hasta dos tongadas seguidas, lo que puede poner de manifiesto pequeñas reparaciones o corresponder a errores constructivos. Es frecuente la presencia de lajas de escasos centímetros insertadas con el ánimo de regularizar planos en determinadas tongadas.

En las proximidades del estribo derecho aparecen algunos restos muy localizados de un revestimiento de mortero rico en cal, con gravillas abundantes de color oscuro (negras, grisáceas y rojizas), que podría corresponder a un enlucido del paramento de opus vittatum.

Inmediatamente encima de la línea final del escalonado de opus quadratum, se observa la presencia de sillares atizonados -posiblemente para el arriostramiento del muro, enrasados con la pared externa de opus vittatum y dispuestos a intervalos más o menos regulares de 1,50 metros; sobre esta hilada se disponen de forma alterna, y con el mismo intervalo, otra series de tirantes. En la parte inferior de este muro y parcialmente cubiertos por el escalonado de opus quadratum se conservan siete gradas de opus caementicium: los escalones son corridos y tienen un desarrollo de 20 centímetros de huella y 40 centímetros de contrahuella.

En el paramento de aguas arriba los sillares descubiertos [5], de caras lisas y dispuestos mayoritariamente a soga -aunque aparece algún tizón-, presentan alturas y longitudes variables, manteniéndose el espesor en torno a los 60 centímetros.

Los dos sectores que han podido estudiarse con mayor detalle son el revestimiento del contrafuerte y la esquina izquierda del cuerpo central de la presa, es decir, el límite entre éste y el aliviadero.

Del revestimiento del contrafuerte se han estudiado cuatro hiladas en las que se han medido alturas de 73 centímetros (1ª), 48 centímetros (2ªç), 60 centímetros (3ª) y 60 centímetros (4ª) y longitudes que superan el metro. En algunos sillares existen cavidades circulares en los laterales, lo que indica su puesta en obra mediante pinzas. En las esquinas de intersección del contrafuerte con el paramento de aguas arriba se observa claramente la alternancia regular de sogas y tizones para trabar y dar mayor solidez al conjunto.

En el contacto con el aliviadero[32] se aprecia cómo el revestimiento lateral del cuerpo central de la presa termina forzosamente contra el paño del vertedero, habiéndose cortado los sillares para ajustar la unión de ambas fábricas. Las hiladas descubiertas -5ª a 7ª- se retranquean del orden de 6 centímetros cada una respecto a la inmediata inferior.

En todos los sectores estudiados de este revestimiento se conservan cajas de grapas para la unión de los sillares. Sus dimensiones -en torno a los 24,5 centímetros de longitud media- son algo superiores a las localizadas en las primeras reparaciones de la presa (paños [3], [6] y[9]).

En el trasdós del revestimiento de opus quadratum, aguas arriba, y en las zonas donde ha podido observarse el núcleo interno (contacto del cuerpo central con el aliviadero, por ejemplo) se puede distinguir un opus caementicium bastante homogéneo, en el que para los caementa se utilizó sistemáticamente piedra caliza de las inmediaciones de la presa, no habiéndose encontrado - en ningún caso- materiales cerámicos ni restos de sillares del revestimiento. En las zonas visibles -no ha podido estudiarse su disposición en el núcleo interno, donde posiblemente se dispongan más desordenados-, los caementa se depositaron en tongadas horizontales de altura variable, definidas por planos nivelados de mortero fino. La homogeneidad comprobada de esta fábrica en todos los sectores observados evidencia un tratamiento uniforme de la obra en esta fase.

De todas las fábricas de la segunda presa, la que presenta características más representativas, para encuadrar cronológicamente esta fase -dentro de las imprecisiones que suponen este tipo de dataciones- es el opus vittatum. Está constatada la utilización de este tipo de fábrica desde, por lo menos el siglo I de la Era[33], si bien se observa una evolución en el aspecto y tamaño delos sillarejos, con una tendencia a la disminución de sus dimensiones en los últimos años de este siglo[34]. De acuerdo con estos criterios, la fábrica que nos ocupa - con piezas que no suelen sobrepasarlos 12 centímetros de altura por 20 centímetros de longitud- debería situarse en una fecha anterior a los últimos años del siglo I. En este sentido, también cabe destacar la ausencia en Almonacid de opus vittatum mixtum, fábrica en la que se regularizan los planos de la asentamiento mediante ladrillos y cuyo uso -aunque se generaliza desde Adriano- es ya relativamente frecuente con los flavios (69-96 d.C.)[35]

Por otra parte, la ausencia de fragmentos de cerámica entre los caementa, así como de hiladas de tegulae par regularizar las tongadas, aunque no puede sobrevalorarse por su carácter negativo, nos sitúa en intervalos cronológicos similares a los enunciados.[36]

La cronología relativa se organiza, aguas arriba, a partir de la superposición de los aparejos de opus quadratum (paño que enlaza el aliviadero con el cuerpo principal de la presa) sobre los revestimientos del lienzo derecho del citado aliviadero [1b,3]). Esta superposición se evidencia en el ángulo de contacto entre ambos paños, donde se observa un cajeado en los sillares de revestimiento de aliviadero con objeto de conseguir un remate más o menos lineal.

Aguas abajo, se observa cómo el sillarejo calizo que reviste el núcleo de opus caementicium del cuerpo central de la presa, se superpone en la parte superior al paramento de opus quadratum del paño derecho de aliviadero [9 y 10].

Así, esta gran reconstrucción de la presa, resulta cronológicamente posterior a las reformas de los paños derechos - aguas arriba y aguas abajo- del aliviadero, es decir, de finales del s. I o comienzos de S.II d.C.


LAS FÁBRICAS DEL ÚLTIMO REFUERZO

El faldón escalonado de aguas abajo constituye la última reforma significativa de la estructura [12a y 12B]. Dicho faldón alcanza su máximo desarrollo horizontal en el peldaño superior, donde tiene una longitud de 35 metros. Hacia margen derecha termina de forma brusca aunque no debió extenderse en ningún momento más allá de la longitud conservada[37]. Por margen izquierda el faldón remata contra las calizas del terreno natural, adaptándose a su topografía, a excepción de las dos hiladas superiores que termina contra los restos del contrafuerte correspondiente a la primera estructura.[11].

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En el faldón se observa un pequeño error de trazado, ya que e escalonado no mantiene exactamente el paralelismo con el paramento de opus vittatum. Este hecho se detecta en la posición de los dos sillares del peldaño superior, pues mientras en el lado derecho se apoyan directamente en el muro, en el opuesto se empotran ligeramente en la fábrica de opus vittatum, con objeto de mantener la continuidad de las hiladas. Cabe destacar la homogeneidad -tanto en tamaño como en disposición- de los sillares que constituyen el revestimiento del faldón. Se disponen en hiladas de 60 a 62 centímetros de altura, retranqueadas sucesivamente 30 cm, de forma ciertamente regular; se obtiene de este modo un escalonado muy homogéneo.

Este escalonado se apoya sobre tres lienzos verticales revestidos también de opus quadratum y separados mediante quiebros en ángulo recto. En el lienzo más próximo a la margen izquierda se abre la toma inferior de la Cuba.

En distintos puntos se observan las marcas para las pinzas utilizadas en la puesta en obra de los sillares. Se trata de cavidades circulares o rectangulares, centradas en la zona superior de las caras verticales, en las que puede observarse la utilización indistinta de los tipos de pinzas -puntas cónicas o achaflanadas[38]-, semejantes a las citadas en los sillares del revestimiento del contrafuerte de aguas arriba. También se observan muescas frontales -siempre en las aristas inferiores de la cara larga del sillar, especialmente en el paño vertical izquierdo- que indican la utilización de palancas para el acoplamiento de los sillares. Además, se observa que todas las juntas horizontales de los escalones se encuentran recubiertas por un consistente mortero.

Los sillares se apoyan sobre un núcleo de opus caementicium en el que los caementa son irregulares y de gran tamaño, presentando una disposición bastante caótica. Estas características diferencian netamente esta fábrica de la empleada en la construcción de la segunda presa, aunque quizás el hecho diferenciador más importante sea la presencia entre los caementa de fragmentos de sillares.

La clara superposición del opus quadratum de este último refuerzo con respecto al opus vittatum y, sobre todo el repicado del muro, indican claramente que es posterior al citado paramento.



[1] Es posible, sin embargo, que ambos revestimientos no sean absolutamente coetáneos.

[2] En algunas bandas laterales se han medido disminuciones de anchura de 18 a 10 centímetros o desde 13/10 hasta 4. En otros casos las anchuras de las bandas laterales son de 8 centímetros frente a 4/5 de la inferior.

[3] La inferior tan solo consta de un sillar adosado a la base del arco que forma el Ojo de la Cuba.

[4] Véanse tratamientos análogos en Cartagena (Ramallo Asensio, S., San martín Moro, P.A., Ruíz Valderas, E. "Teatro romano de Cartagena. Una aproximación preliminar", Teatros romanos en Hispania, Cuadernos de Arquitectura romana, 2, Murcia, 1993, 62 y fig. 15), en el acueducto augusteo de las Ferreras (Fernández Casado, C.: Acueductos romanos en España, Madrid, 1972, s/p Acueducto de Tarragona: id. Ingeniería hidráulica romana, Madrid, 1983, 432).

[5] Vid. Infra.

[6] En una de las losas se conserva una cavidad alargada y estrecha para el alojamiento de una loba de tres piezas, en forma de cola de milano, de 13 centímetros de longitud, 3 centímetros de anchura y 10 centímetros de profundidad. Estas dimensiones coinciden con las de tipo medio empleadas en las formas más generalizadas (Adam, J. P. La construction romanie. Materiaux et techniques, París, 1984, 50). Sobre las formas de la loba, vide Lugli, G., La técnica edilicia romana con particulare riguardo a Roma e lazio, vol. I, Bardi-Roma, 1957, 228 ss. Fig. 43.

[7] Sobre esta superficie se cimentaron los pilares del puente moderno de la carretera de acceso a Almonacid. Las zapatas de cimentación y las cajas abiertas ocasionaron la pérdida de una gran cantidad de las losas que recubrían la presa en esta zona.

[8] Vid.infra

[9] De tamaño medio: 15 x 9, 14 x 6, 13 x 8, 15 x 6, 20 x10,...

[10] Esta fábrica parece estructurarse en tongadas, separadas por lechos de mortero de espesor variable (entre 1,5 y 6 centímetros).

[11] La diferencia más significativa radica en las menores dimensiones de los caementa y el menor contenido de gravillas en la fábrica de la estructura más antigua.

[12]Vid. Infra

[13] Este hecho corrobora el carácter de refuerzo de esta preparación.

[14]No tiene fundamento la observación que hiciera en su momento Smith, N.A.F. The Heritage of Spanish Dams, Madrid, 1970 p. 35, al mencionar que dicho paramento se hizo con sillares arrancados del paramento escalonado que se observa aguas abajo. La periodización establecida elimina dicha posibilidad, independientemente del tratamiento de los mismos, que es distinto.

[15]La presencia de engatillados corrobora el carácter de reparación de este paño, puesto que son muy escasos los ejemplos de fábricas romanas de primera construcción en las que se engatillan las piezas; solo se han documentado en Hispania los siguientes ejemplos: los paramentos ocultos del anfiteatro de Itálica (Jiménez, A. "Esquema de las obras de cantería en la Bética", C.N.A. XIV, Zaragoza, 1977, 1157), las dovelas a la vista de los puentes de Villa del Río y los Pedroches, en Córdoba (Roldán, L. "Construcciones de opus quadratum en Córdoba", An. A.Córdoba, 3, 1992, 268) y el arco 9293 del acueducto de Segovia(Garcés Desmaiso, M.A., jurado Giménez, F-,Ruiz de la Torre, F. "Acueducto de Segovia: estado de la cuestión. Situación actual y descripción de los estudios y actuaciones que se están llevando a cabo en el monumento", Revista de Obras Públicas, nº 3.322, Madrid, 1993, fig. 4).

[16] Lugli, G., 1957, op. Cit., 330-331.

[17] Como, por ejemplo, en Porta Maggiore (52 d.C.), el Pórtico de Claudio en Ostia (Lugli, G., 1957, op. Cit., p. 331) o en el vestíbulo de la Domus Aurea de Nerón en el Foro (65-68 d.C., Lugli, G., 1957, op. Cit., p. 331 ss., láms. LXXVII, LII), así como en los acueductos Anio Novus (38-52 d.C. -especialmente el tramo entre los recrecidos de Adriano-, Van Deman, E.B.: The building of The Roman Aqueducts, Washington, 1973, p. 290, lám. XLVIII, con los bloques cuidadosamente cortados como en Almonacid y colocados en filas alternadas a soga y tizón) y Aqua Claudia de Roma (52 d.C., Van Deman, E.B., 1973, p.cit., pp. 187-270 y 271 ss., lám XXX. Lienzo junto a la Porta Furba), entre otros monumentos bien fechados.

Nótese especialmente el paralelismo con el tratamiento del tramo entre Papanella y Porta Maggiore de lAqua Claudia, con tizones esporádicos, aunque con las caras rústicas de los sillares no especialmente tremendistas (Lugli, G., 1957, op. Cit., lám. LXXXIX, 1; Nash, E.: Pictorial Dictionary of Ancient Rome, 2 vol., London, 1968, 1, pp. 37-46. Y sobre todo, Ashby, T. The aqueducts of Ancient Rome, Oxford, 1935, pp. 190-251; Pace, P. Gli acquedotti di Roma e il De Aquaeductus di Frontino, Roma, 1983,pp. 150-175).

[18] En determinados monumentos se ha citado este tipo de aparejo, por las mismas razones, en los bloques de las filas inferiores (Lugli, G., 1957, op. Cit., p.200). En Hispania se anota, entre otros, el ejemplo del teatro de Mérida, en cuya fachada posterior se documenta la misma técnica, siendo incluso cercana la dimensión media delas grapas utilizadas, también en cola de golondrina (Jiménez Martín, A. "Los acueductos de Emérita", Augusta Emerita, Madrid, 1976; Durán Cabello, M.R. "Sobre el opus quadratum del teatro romano de Mérida y las grapas de sujeción", CUPA UAM, Madrid, 1990, p. 116).

[19] La irregularidad de sus longitudes, no solo para esta época sino en general para el conjunto de construcciones romanas, no resulta un óptimo criterio comparativo.

[20] Rchmon, I.A. The City Wall of Imperial Rome, Oxford, 1930, pp. 205-217; Lugli, G., 1957, op. Cit., p. 331 y lám. LXXVII; Nash, E., 1968, op. Cit., pp. 225-228; Richardson, J.R., L.A New Topographical Dictionary of Ancient Rome, London, 1992, pp. 306-307.

[21]Según se observa en el contacto entre el encintado superior del paño [6] y los restos que se conservan del cajero reconstruido.

[22] Esta circunstancia evidencia la estandarización y homogeneidad de dicho artilugio, así como la vecindad cronológica de las fases propuestas.

[23] Aunque se han perdido los sillares de enlace; sin embargo, aguas arriba sí se conserva el trabado de este muro transversal con la hilada del paño [9].

[24] De este modo, las alturas de las hiladas son, de arriba a abajo: 0,44 metros, 0,65 metros y 0,45 metros.

[25] En las caras superiores se aprecian los surcos del puntero en zig- zag y paralelos en las bandas perimetrales.

[26] Su longitud media es de 22,7 centímetros (muro transversal y paños [3] y [9]) frente a los 23,8 centímetros de las grapas medidas en el revestimiento del paramento de margen izquierda de aguas abajo [6].

[27] En la 2ª hilada no se conservan huellas de grapas de unión entre los sillares.

[28] Cimentación de la pila n1 2 de margen izquierda, datada por Liz Giral, J. El puente de Alcántara. Arqueología e Historia, Biblioteca de CEHOPU, Madrid, 1988, 103,n1 2, en el primer terco del siglo II d.C. (Época de Trajano).

[29] Adam, J.P., 1983, op. Cit., p. 60,fig. 133, los data en época de Trajano (98-117 d. C.)

[30]Durán Cabello, R.M., 1990, op.cit., p. 112, data su construcción entre el 117 -138 d.C.

[31] Lugli, G., 1957, op.cit., pp. 263 ss., señala -en época de Augusto- unas dimensiones entre 19 -20 centímetros, con anchuras de las colas en torno a los 10 centímetros y en el centro entre 7-8 centímetros. Esto permite plantear una evolución en los tamaños de las grapas desde Augusto hasta Trajano. En este sentido apuntan también algunas medidas realizadas en monumentos datados en época de Claudio, en los que se indican dimensiones intermedias de las grapas, por ejemplo, en la fachada posterior del teatro de Mérida (41-68 d.C.) Con longitudes en torno a los 24 centímetros (Durán Cabello, M.R., M.R., 1990, op, cit., 114).

[32] Nos referimos al ángulo que forma parte de aguas arriba del aliviadero -en su margen derecha- y la pared perpendicular a él que constituye el cierre del cuerpo central de la presa.

[33] Se comprueba en el sur dela Galias Ârles (Wheeler, R.E.M. "The Roman town- walls of Arles", JRS,XVI,1926,pp. 174 ss.), Glanum (Picard, G. "Glanum et les origines de l'art romano-provençal", Gallia, XXI,1,1963,pp. 111 ss.; Rolland, H. "Fouilles de Glanum", supp. I à Gallia, 1946), Frejus (Fevrier, M.P.A. "Les appareils romains des murs de Fréjus", RSL, 1956,pp. 153 ss.), Ruscino, ...] y en la tarraconense [-Azaila (Beltrán Lloris, M. "Arqueología e historia delas ciudades del Cabezo de Alcalá de Azaila (Teruel)",Monografías Arqueológicas, 19, Zaragoza, 1976, con aplicaciones incluso anteriores ala Era) y el circo de Tarraco (Dupre, X.,Masso, J., Palanques, L., Verduchi, P., "El circ romà de Tarragona I. Les voltes de San Ermenegild" Excavacions arqueológiques a Catalunya, 8, Barcelona, 1988,pp. 50 ss, de fines de siglo I de la Era)].

[34]Es sumamente problemático obtener conclusiones del tamaño y aspecto de los sillarejos empleados en el opus vittatum. En la etapa de Augusto, en términos generales, se han constatado módulos de 8 a 14 centímetros de altura y 15 a 25 centímetros de longitud (Lugli, G., 1957, op. Cit., p. 328).El aparejo Claudio del Anfiteatro de Saintes mantiene sillarejos de 10 a12 centímetros de altura y 15 a20 centímetros de longitis (Grenier, A. "Manuel deArchéologie Gallo-romaine, III" y L=Architecture, Paris, 1958,p.654), mientras que en la Casa delos Delfines de Vaiso -en su fase 30 (80-100 d.C)- se apuntan alturas de 7 a10 centímetros y longitudes de 12/13 a17/18 centímetros (Goudineau, CH. "Les fouilles de la Maison au Dauphin", Recherches sur la romanisation de Vaiso- La Romaine, XXXVII, supp. À Gallia, 1979, p. 136) y en el Circo de Tarragona -para el mismo momento cronológico- los sillarejos tienen dimensiones medias de 10x15 centímetros (Dupre, X., Masso, j.,Palanques , L., Verduchi, P., 1988,op. Cit., p.50). No se dan las medidas con detalle, pero en los desarrollos dibujados en los grandes paramentos de vittatum (lám. III, por ejemplo) de la bóveda A encontramos alturas entre 5 y 13 centímetros y longitudes más frecuentes en torno a los 15 centímetros, aunque se representan mínimos de 10 y máximos de 24 centímetros9. El Teatro de Sagunto, en los añadidos fechados recientemente en el siglo III de la Era (Hernández, jE., López, M., Pascual, I., Aranegui, C. "El teatro romano de Sagunto", Teatros romanos en Hispania, Cuadernos de Arquitectura Romana, 2, Murcia, 1993, pp. 41 ss.), presenta muros aparejados en opus vittatum también construidos con sillarejos de pequeñas dimensiones, con alturas entre 8 y 12 centímetros y longitudes entre 12 y 18/20 centímetros [Beltrán Lloris, M. La arqueología de Zaragoza: últimas investigaciones, Zaragoza, 1982, p. 169. Se trata de los muros de una de las basílicas (est. 68) donde se aprecia una cierta oscilación entre mampuestos de 10 a15 centímetros de altura por 15 a20 centímetros de longitud, 8 a10/12 por 12 a18/20, 8 a15 por 18 a30 y 10 a12 por 12 a15 a].

Así las cosas, parece que esta dimensión de tamaños se produce a finales del siglo I de la Era, sin que podamos apuntar mayor definición en la argumentación, ya que los distintos talleres han debido imponer numerosas variedades y módulos según los trabajos llevados a cabo.

[35]En Hispania se cita en primer lugar en la Bética, donde Roldán ha señalado su introducción a mediados del siglo I d. C. Y en ningún caso anteriormente (Roldán, l. "Aproximación metodológica al estudio de la técnica edilicia romana en Hispania, en particular el opus testaceum", Lucentum, VI, Alicante, 1987, p. 115). Los ladrillos de Itálica en niveles imperiales se llevan a la etapa Flavia. Propone dicha autora una generalización de este material en la segunda mitad del siglo I de la Era. Por otra parte las escasas fechas deducidas para el valle del Ebro, conducen a plantear la introducción del ladrillo alternando en hiladas de aparejo pétreo en Caesaraugusta también e época flavia, como. Por ejemplo, en los muros de la domus de Gavín y Sepulcro. Recuérdese la ausencia generalizada de esta técnica en la colonia Celsa, por lo menos hasta el comienzo de la época de Nerón .

[36] Ambos aspectos se constatan en Roma en el Siglo I (Lugli, G., 1957, op. Cit., p. 328). En Pompeya, por otra parte, se señala el uso del latericio en el interior de los muros , aunque si bien solo parcialmente, a partir dela época de Nerón -Vespasiano.

[37] Este hecho se constata en el contacto entre el faldón y el muro de opus vittatum. En este sector el muro está repicado bajo el faldón -seguramente con el fin de asegurar la unión entre ambas fábricas- mientras que no se observan huellas similares en la pared libre, lo que induce a pensar que no se construyó más faldón que el que se conserva.

[38] En las cónicas la profundidad es de unos 6 centímetros y de 7, 6 centímetros en las achaflanadas.


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